En este comienzo de mayo muchas fueron las presentaciones de nuevas añadas, líneas o etiquetas de vinos. De todo ese amplio universo, uno de los proyectos que más llamó mi atención fue Grazie Mille, nacido en Altamira, Valle de Uco, de la inspiración del winemaker Fernando Spigatin y de su amistad con Leandro Rodríguez. Con ellos pude charlar y probar algunos de sus vinos en una reunión casi íntima, en la que conocí la esencia, la historia y la pasión con la que llevan adelante este precioso emprendimiento.

por Diego Horacio Carnio para www.elperfectovino.com

Fernando Spigatín viene de familia de viticultores y tiene muchos años de experiencia en su empresa familiar Domados Wines. Para él: “todo gran vino nace en el viñedo», por eso custodia cada detalle de las vides y todo el proceso natural de elaboración de los vinos. Por su parte, Leandro Rodríguez es empresario y amante del buen vivir. Él es quien aporta todo su know how empresarial, comercial y social abriendo caminos sólidos a Grazie Mille en sus primeros pasos.

El proyecto inició en medio de la pandemia en un momento histórico único, en el cual abrazarse se había vuelto una utopía. Por eso, Grazie Mille es una experiencia, es la búsqueda constante de la felicidad y todo aquello importante en la vida: como los grandes placeres y los pequeños detalles. Charlando con Fernando, nos contaba la importancia que tuvo en su decisión de volcarse plenamente hacia los vinos de diseño el hecho de haber tenido en aquellos primeros meses de encierro un problemita de salud que, una vez superado, hizo que su visión de la vida cambiara de manera trascendental, algo que en el mundo de sus vinos quedó reflejado al inclinarse hacia la creación de vinos únicos, desprejuiciados y con un innegable y notorio toque personal. Asimismo, esa visión tuvo eco en el propio nombre del proyecto y en cada una de sus etiquetas, culto a la amistad, al abrazo y a los vínculos. Para Fernando “diseñar es aprovechar las condiciones del terroir con una cuota personalizada en ese diseño, en la elección del proceso de vinificación y en la identidad propia del producto final”.

Esa identidad propia pude sentirla desde el primer sorbo al último de las botellas compartidas. Empezamos con un Assemblage de Blancas 2021 aromáticamente mágico y perteneciente a la línea de entrada bautizada Amistad. Con uvas Sauvignon Blanc, Semillón y Torrontés en proporciones que permiten que jueguen juntas sin opacarse entre sí -30, 50 y 20 por ciento respectivamente-, es un vino para no pensar, sino simplemente para disfrutar. De la misma línea, luego llegó a la copa un Cabernet Sauvignon 2020 que en bodega pasó de 7 a 9 meses por dos barricas distintas, con diferentes niveles de uso, obteniendo una buena tipicidad de varietal con un touch distintivo en la percepción de algunos de sus descriptores más típicos, como por ejemplo la pirazina. El precio sugerido de venta de toda la línea Amistad, que se completa con un Malbec 2020, es de $1.670.-

En la línea Libertad (conformada por un Malbec 2018, un Cabernet Franc 2018, un Select Blend 2018 con Malbec, Merlot, Cabernet Franc y Cabernet Sauvignon y el reciente lanzamiento del varietal Syrah 2019) se perciben las bondades del terroir que caracterizan las uvas acompañadas de la complicidad del roble francés (con una crianza de 12 meses en barricas) que le otorga a cada vino carácter, elegancia y complejidad. 

Pude probar la novedad en esta línea: el Libertad Syrah 2019, que me pareció sorprendente desde la nariz a la boca, con toques herbáceos y minerales y un perfil salvaje que lo vuelve distinto. Este Syrah, como todos los vinos de la bodega, nace del viñedo situado en Paraje Altamira, La Consulta, en la región sur del río Tunuyán, donde la diversidad del suelo (recubierto de calcio) sumado a las condiciones climáticas originan vinos con características únicas. El precio sugerido de venta de toda la línea Libertad es de $3.170.-

La línea ícono de la bodega es Design y está conformada por un Malbec 2017, un Pinot Noir 2017, un Merlot 2017 y un Blend 2017 -Malbec, Syrah, Merlot y Ancellotta-. De este segmento pude probar el Malbec y el Pinot Noir y ambos me parecieron soberbios, sobre todo el Pinot que pese a que lo bebimos último, no perdió nada de su personalidad. Design tiene por virtudes su elegancia, estructura y su final persistente y complejo. Ideal para momentos especiales ya que la conjunción del carácter de la región, el tiempo y la madera -todos los vinos tienen una crianza de 15 meses en barricas de roble francés usadas- hacen que estos vinos produzcan emociones únicas. El precio sugerido de venta de toda la línea Design es de $6.500.

También hay burbujas y llevan por nombre Grazie Mille Pasión que, con un precio sugerido de venta de $3.170-, es un espumante elaborado bajo el método champenoise con un assemblage de Pinot Noir y Semillón sumado a una crianza de 24 meses sobre borras. Este 2022 se sumará una nueva etiqueta en la línea: un espumante blanc de noir 100% Pinot Noir.

Los productos de Grazie Mille se pueden adquirir desde la tienda online de la bodega con envíos a todo el país: www.vinosgraziemille.com/nuestros-vinos

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