Los hollejos de las uvas son los que dan color al vino, ya sea tinto o blanco. ¿Qué sucede en el caso de los rosados? En realidad y simplificando, los vinos rosados son vinos tintos con poca maceración, generalmente no mayor al de una jornada, cuando muchos de los tintos tienen en promedio un mes. De esta manera se consigue crear los tan de moda vinos rosados, que muchos juzgan como un intermedio entre los extremos del mundo vitivinícola.

Para callar malas lenguas, debemos aclarar aunque parezca absurdo, que los rosados de ninguna manera son mezclas de blancos y tintos, si bien ésta última existe y se observa sobre todo en algunos espumantes que hechos con uvas blancas se lo colorea, por ejemplo, con algún porcentaje de Pinot Noir.

Las tonalidades de los rosados pueden ser muy variables, dependiendo de múltiples factores, como ser el tiempo de maceración o el tipo de uva utilizada, ya que pueden provenir de cepas variadas e incluso ensambladas.

Los rosados son vinos jóvenes que deben tomarse con una temperatura de servicio que oscila entre los 10 y 12 grados, mucho más fresco que un tinto pero no tanto como un blanco.