Los Vinos Naranjas u Orange Wines no son nuevos, pero están marcando tendencia, sobre todo en esta época del año en que sube la temperatura a medida que se acerca el verano y los paladares buscan más frescura en las copas.

Producido mediante la maduración prolongada de uvas blancas con un extenso contacto con los hollejos y semillas de la fruta, proceso que le otorga al vino ese color que le da nombre, además de unos taninos que marcan presencia en boca al beberlo y permite un añejamiento inusual para un vino no tinto. La frescura de este vino tampoco es la típica que puede hallarse en los blancos o rosados, ya que presenta un sabor más tropical y salino que no depende tanto de la acidez típica de los blancos tradicionales. Pensados más para quienes gustan de vinos con paso por barrica, untuosos y maduros, los vinos naranjas son ideales para salir de la zona de confort y probar algo distinto, que puede acompañar platos elaborados y bien especiados.

Insignia de la región española de Huelva, donde existe un D.O. que lo protege, el vino naranja se está volviendo cada vez más buscado por los bebedores de regiones distantes como Estados Unidos, Australia, Nueva Zelanda, Croacia, Alemania y Eslovenia, donde se lo ha comenzado también a producir. Argentina no se queda al margen de esta tendencia y aunque su consumo aún esta en el anaquel de las rarezas,se asoman las primeras botellas producidas en nuestra tierra. Para ejemplos valgan dos: el Blend de Blancs Domaine Alma Negra Orange de Ernesto Catena Vineyards y el Torrontés Brutal de Passionate Wine, ambos del Valle de Uco, Mendoza.

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