La bodega con la mejor vista de Los Andes, se renueva e invita a descubrir en su espacio culinario una gastronomía que fusiona la cultura catalana y cuyana.

A solo 20 minutos de la ciudad, en la zona alta de Agrelo, departamento de Luján de Cuyo, se levanta la imponente Bodega Séptima, rodeada de su Finca Emblema y sus 150 hectáreas de vides. Allí, donde se encuentra la mejor vista de las cumbres andinas, la Séptima abre sus puertas para revivir una experiencia enoturística completa y renovada que, enmarcada por un entorno único, invita al visitante a explorar en las prácticas de una bodega que ha recibido como herencia familiar, secretos y técnicas europeas centenarias que se han adaptado perfectamente al suelo mendocino.

Entre las actividades que se ofrece al turismo se encuentran diferentes programas que permiten vivir Bodega Séptima según el interés de las visitas: caminar los viñedos, recorrer la bodega con una arquitectura única inspirada en el sistema constructivo ancestral, realizar degustaciones según el nivel de conocimiento que se desee alcanzar o disfrutar de la gastronomía fusión catalana-cuyana, en su renovado Espacio Culinario donde ofrecemos un Bar de Copas y Tapas, un Menú de 5 Tiempos que resalta las características de cada ejemplar y La Mesa del Sommelier, un exclusivo servicio de 7 Tiempos con los vinos más exclusivos y Prestige de Argentina y España. Sin dudas y en cualquiera de sus formatos, una experiencia fascinante para descubrir los vinos y paisajes de una de las bodegas más aclamadas que guarda, tras de sí, una gran y larga historia. ¿La recorremos juntos?

Un poco de historia sobre Séptima…

Bodega Séptima lleva ese nombre porque es justamente el séptimo emprendimiento vitivinícola de Raventós Codorníu, una de las familias de tradición más antigua de España en la elaboración de vinos. Dedicada a la vitivinicultura desde 1551, Raventós Codorníu suma más de 465 años haciendo vinos y cavas que se disfrutan en todo el mundo.

Con esa historia de más de cuatro siglos en Europa, Raventós Codorníu buscó expandirse hacia los grandes terruños del Nuevo Mundo, estableciéndose en 1991 en Napa Valley para años más tarde y tras evaluar minuciosamente diferentes regiones, en 1999 eligió Agrelo, Luján de Cuyo, en Mendoza, Argentina, por sus inmejorables características para elaborar vinos de nivel internacional, al pie de los Andes y a 1.050 metros sobre el nivel del mar.

Actualmente, Raventós Codorníu cuenta con 14 bodegas centenarias, la mayoría en sus territorios vitivinícolas, entre las que se encuentra Bodega Séptima.

El nacimiento de Bodega Séptima en la Argentina se encuadra en un modelo de bodegas que fue trascendental para la vitivinicultura nacional, compartiendo características similares con muchos de los establecimientos que datan de comienzos del siglo XXI y que le aportaron prestigio y diversidad a la industria: herencia y know how europeo, fincas propias, elaboración de vinos Premium y respeto por el terruño.

Sobre la bodega…

Bodega Séptima es literalmente una fortaleza de piedra natural y sustentable, completamente integrada al entorno natural y majestuoso que la rodea. La quietud, el uso de materiales nobles, el silencio, las grandes aberturas y la temperatura controlada de manera natural buscan recrear una continuidad entre el adentro y el afuera, entre la bodega y la montaña.

El estudio de arquitectura Bórmida & Yanzón se inspiró en el sistema constructivo ancestral de la pirca, utilizado por los Huarpes, pueblo originario de tierras mendocinas, que construía sus edificaciones mediante el apilamiento de piedras de la zona de diversos tamaños y formas encastradas manualmente. La bodega, con su impronta, anticipa las laderas rocosas de la precordillera con sus explanadas y jardines, con solados de piedra de río, de ripios y granzas, con pastos rústicos y cortaderas características del entorno. La diferencia entre el interior y el exterior es casi imperceptible; bodega y montaña conviven en un ecosistema integrado y perfecto.

La construcción expresa con elocuencia su naturaleza andina con un diseño que hace alusión a los centros ceremoniales prehispánicos. Sus inmensos muros ciegos de piedra reformulan las ancestrales pircas huarpes y aportan a los interiores los beneficios de su inercia térmica, ideal para el vino. Se combina con armonía, modernidad y tradición; naturaleza y técnica.

Los vinos…

Los vinos de Bodega Séptima nacen, se elaboran y evolucionan en la montaña. En valles desérticos situados en el corazón de los Andes, con su clima austero, su topografía accidentada, su suelo pobre y su entorno natural indómito. La influencia de la montaña es un factor distintivo de sus vinos.

El trabajo para producir sus vinos fue arduo, pero dio sus frutos, con una enología limpia, de poca intervención y respetuosa tanto las características varietales como las del terroir en el que nacen las uvas. Asimismo, los mostos se fermentan en distintos recipientes para lograr distintas capas de sabores y aromas en cada una de las etiquetas. Además de los tanques de acero inoxidable y las barricas, la bodega cuenta con cubas de roble de 4.500 litros que otorgan vinos más estables en cuanto a color, con mejor expresión de fruta y presencia de madera, y taninos suaves y bebibles.

Vinos actuales, con sentido de terruño e identidad varietal, a partir de uvas de excelente calidad y técnicas de vinificación innovadoras: eso constituye el ADN de Bodega Séptima.

Para más información y reservas:

  • Reservas y consultas por Whastapp +5492616092869
  • Línea Fija: (+54) (261) 4765795 / (261) 4765798. Mail: septimaturismo@codorniu.com
  • O ingresar a www.bodegaseptima.com/hospitalidad
  • Horarios de atención: lunes a Sábados y Feriados de 9 a 18 horas.
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  • Ubicación: Ruta Internacional Nº 7 km 1061 – Agrelo, Luján de Cuyo, Mendoza (Argentina).
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