Las etiquetas de Conejo Verde Wines irrumpieron en el mundo del vino con mucho ruido y llamaron rápidamente la atención a través de una magnífica campaña de marketing y publicidad que posicionó a la marca desde una estrategia que siempre funciona: la intriga por saber de qué se trataba la revolución a la que el Verde Conejo invitaba a unirse.

No hay un sólo aspecto que explique esa característica novedosa e innovadora de estos vinos creados por la Familia Falasco, pero quizá lo primero a tener en cuenta sea que son vinos de baja gradación de alcohol. Cuatro son las etiquetas que componen la línea. Nosotros hemos tenido oportunidad de probar el malbec y el chenin dulce natural, a los que se suman un blanc de blancs y un rosé.

En el caso del malbec, el grado de alcohol se sitúa en 10 y en el caso del chenin en 7, logrando así el enólogo Daniel Sancho cumplir con una de las premisas de un proyecto que apunta a combinar el sabor característico de estas variedad con un contenido alcohólico reducido, permitiendo a los amantes del vino disfrutar de una experiencia más ligera y equilibrada. «La idea de crear un vino con menor graduación alcohólica surge de la demanda creciente en Europa por vinos con un contenido de alcohol más bajo. Esa misma tendencia está creciendo en el mercado local y siempre buscamos satisfacer a nuestro universo de consumidores. Además de poder ofrecer una opción vinculada a un nuevo estilo de vida, conectado con lo natural”, explica Sancho. No es menor el dato acerca de que la composición joven del mercado del vino es cada vez más una realidad que una tendencia, motivo por el cual las opciones que apunten a los gustos de consumo de ese segmento deben estar cada vez más presentes en la hoja de rutas de las bodegas, no para cambiar aquellas etiquetas que funcionan y que seguramente funcionarán siempre, sino para crear un mayor número de puertas de entrada y permanencia en este fascinante mundo que es el vino.

Por otra parte, Conejo Verde Wines profundiza la idea de la sustentabilidad en la creación del vino, con un marcado cuidado del medio ambiente tanto desde su proceso de vinificación, como en su modos y formas de comercialización. Para muestra de esto último, fue una gran idea embotellar algunos de estos varietales en botellas de aluminio de medio litro, ecológicas, prácticas, fáciles de enfriar y por sobre todas las cosas, reutilizables. Un packashing verdaderamente novedoso que invita a quien lo bebe a «unirse a la revolución» propuesta por este verde conejo.

Conejo Verde plantea vitivinicultura intrínsecamente ligada a su entorno. Por eso, nos comprometemos con el medio ambiente y los recursos naturales a través de la implementación de prácticas sustentables, garantizando un equilibrio integral en todo el proceso de producción, es uno de los pilares fundamentales del más reciente lanmzamiento de la Familia Falasco. Un vino para beber sin culpas…