Al contrario de lo que muchos piensan, existen cientos de variedades de uva para la producción de vino en el mundo. Cada una de ellas, si bien se puede cultivar en regiones distantes y diferentes, alcanza sus mejores condiciones en regiones que se ajustan al clima, altura, suelos, proceso y humedad, entre muchos otros factores. Por esta misma razón, no todas las uvas evolucionan y producen vinos iguales, sino que sus calidades dependerán de todos esos condicionamientos. Los ingenieros agrónomos, los enólogos y los winemakers, distinguen las distintas cepas no por sus uvas, sino por el formato de las hojas de la planta de vid. He aquí, las características principales de las cepas blancas y tintas más conocidas.

Cepas Blancas

  • Albariño: Uva característica de los vinos de Galicia y de otras regiones de climas húmedos y calurosos. Combina perfecto con terruños marcados por el granito y elegantes vinos con aromas a frutos como la manzana o la pera. Una de sus DOC más famosas es Ria Baixas, obviamente de Galicia.
  • Moscatel: Amplia y extendida familia de uvas con una de las historias más antiguas, que se remonta a los orígenes de la cultura vitivinícola. Con estas uvas se produce el afamado espumante Asti y los no menos reconocidos vinos de postre dulces y complejos.
  • Pinot Gris: También llamado grigio o borgoña gris, es descendiente del Pinot Noir, pero con uvas más grisáceas. Si bien se cultiva mucho en Alemania, su principal zona de origen es el noreste italiano, con un producto suave y de poca acidez.
  • Semillón: Uva base de grandes vinos dulces, se destaca por su muy buena capacidad de envejecimiento en la cava, inusual para un blanco. En las últimas décadas se ha extendido más allá de Europa, por Sudáfrica y California sobre todo.
  • Torrontés: Contrariamente a lo que se piensa en la Argentina, donde esta uva es muy popular y produce blancos realmente buenos, en el resto del mundo la Torrontés es prácticamente ignota. Se produce en toda la extensión entre Salta y Río Negro, siendo especialmente agraciada en La Rioja y Salta.
  • Sauvignon Blanc: Originaria de Burdeos y de piel verdosa, actualmente es cultivada en muchísimos países, produciendo buenos vinos secos y de postre. Algunos vinos franceses de esta cepa, pasados por roble, tienen buen potencial de envejecimiento.
  • Chardonnay: Uno de los blancos más conocidos y consumidos del mundo, procedente inicialmente de la región francesa de la borgoña. Sus vinos son suaves y aptos para la maduración en barricas de roble. Gran capacidad de adaptación a suelos y climas.
  • Riesling: Considerada como una de las mejores uvas blancas del globo, sus principales terruños se ubican en los márgenes del Rin. De ella naces las mejores opciones para vinos de cosecha tardía.

Uvas Tintas:

  • Barbera: Muy cultivada en Italia, ha mejorado mucho su vinificación en las últimas décadas, produciendo vinos complejos y dignos de ser envejecidos. Por el contrario, en otras zonas, incluida la Argentina y California por ejemplo, la Barbera se utiliza aún para la producción de vino a granel, como parte de su mezcla.
  • Bonarda: Originaria de Italia, la Bonarda es una de las uvas más cultivadas en la Argentina y se la usó históricamente para vinos finos o de mesa de baja calidad. En los últimos años, ha tenido un resurgimiento como varietal, pero aún no se ha disparado a un gran consumo. En mucha menor medida, esta uva se cultiva también en el Valle de Napa, California, casi como una curiosidad.
  • Cabernet Franc: De esta uva provienen vinos complejos, aterciopelados y voluminosos, potencialmente de gran categoría. Ideal para ser cultivada en zonas frías, es característica del noreste de Italia y del Loira.
  • Cabernet Sauvignon: La variedad tinta más apreciada del planeta y el varietal más consumido del mundo, dos condiciones que hacen de ésta la cepa más famosa. De carácter fuerte y color rojizo oscuro, son vinos que generalmente tienen alto poder de guarda. Si bien principalmente se producen los mejores Cabernet Sauvignon en ciertas zonas del Viejo Mundo, hay excelentes exponentes también en California, Chile, Argentina, Australia y Sudáfrica.
  • Garnacha: Una de las uvas tintas insignia de España, la Garnacha tiene su mejor producción en el Priorato catalán. Usada muchas veces como uva de corte para el Tempranillo, embotellada como varietal brinda vinos jóvenes en zonas secas y cálidas.
  • Malbec: Poco producida en el mundo, esta cepa encontró en la Argentina el lugar ideal para su cultivo, generándose excelentes y cada vez más afamados malbecs en las zonas de altura como los Valles de Uco y Tupungato, en Mendoza, entre tantas otras regiones de Cuyo. De gran carácter, oscuro color y elevado poder de envejecimiento, el malbec argentino pisa cada vez más fuerte en el resto del mundo.
  • Sangiovese: La mejor y más cultivada variedad tinta de Italia, de a poco se posiciona en otros sitios del mundo, como por ejemplo la Argentina y Chile. El Brunello y el famoso Chianti nacen de esta cepa. Prospera mejor en zonas cálidas, lo que le ha dado un enorme potencial en algunos de los valles californianos.
  • Tempranillo: Uva característica de España, sobre todo de las DOC Rioja y Ribera del Duero, su nombre proviene de la brevedad de su ciclo vegetativo, que genera que sea la primera de las cepas en cosecharse. Delicados y suaves, sus vinos se producen también en algunas regiones de Portugal. En la Argentina, algunos exponentes han tenido buenas puntuaciones en los últimos años.
  • Ancellotta: Se la encuentra principalmente en la región italiana de Emilia Romaña, donde se la usa como uva de corte para la producción del famoso Lambrusco. Muy cultivada en Brasil, es otra de las cepas que en los últimos años tuvo un resurgir en algunas regiones de la Argentina.
  • Syrah: Cepa cuyo éxito ha trascendido todas las fronteras, con sus vinos complejos y exuberantes, desde su patria al norte del Ródano a cada rincón vitivinícola del mundo, alcanzando una verdadera excelencia en Australia, California y, en menor medida, en Sudáfrica.
  • Carmenére: Después de una epidemia de filoxera en Europa a fines del siglo XIX, esta cepa se creyó extinta. Pasaron muchas décadas hasta descubrir que gran parte de la uva que se cultivaba en Chile era, sorpresivamente, Carmenére. Desde ese momento, esta cepa se convirtió en el símbolo más conocido de la industria del vino chileno, encontrándose en cantidades insignificantes en otras partes del mundo.
  • Nebbiolo: En Piamonte y Lombardía se cultiva la parte más significativa de la una de las uvas más famosas de Italia. Sus DOC más conocidas son el Barolo y el Barbaresco, pero hay varias más. En otras partes del mundo esta uva no ha sabido arraigar.
  • Merlot: Conocida mundialmente, esta uva tiene sus mejores resultados en la zona francesa de Burdeos y del Pomerol. Hay quienes afirman que los vinos más complejos, elegantes y sofisticados del mundo provienen de esta cepa, que ha sabido conseguir terruños y fanáticos en todo el planeta.
  • Pinot Noir: Uno de los varietales tintos más delicados, que ha echado raíces en una gama amplia de geografías. Sus vinos son suaves, pero sofisticados. Es, además, la base de muchos de los mejores espumantes.
  • Petit Verdot: Tradicionalmente, se la usó como cepa de corte para dar color, acidez y taninos a otros varietales. Es de una cosecha algo más tardía que otras tintas, oscura y muchas veces con un dejo mentolado en nariz y boca. En los últimos años está teniendo un lento resurgir como monovarietal.
  • Tannat: Buenos vinos surgen de esta cepa, que ha podido cultivarse en regiones con poca tradición vitivinícola como Brasil y Bolivia, aunque es en Uruguay donde alcanzó su mejor expresión, considerándose allí la “uva nacional”, aunque su origen verdadero es Francia. Suelen ser vinos elegantes y con taninos suaves.