Viajar siempre representa un doble viaje: el geográfico que nos lleva a otras latitudes por un lado; el personal que nos permite crecer y aprender de lo vivido, por otro. En estas líneas, encontrarán tan sólo un adelanto genérico de lo que, pronto y en diversas entregas, iremos publicando para abordar lo vivido en cada país, en cada ciudad y en cada rincón del Viejo Mundo que haya dejado huellas sensoriales en nuestras narices, paladares y retinas.

por Diego Horacio Carnio

Entre los meses de diciembre del `22 y febrero del `23 estuvimos recorriendo gran parte de Europa, visitando restaurantes, probando vinos y platos, indagando en la gastronomía y la enología de cada uno de los países visitados y de todo aquello que el Viejo Mundo puso a nuestro alcance. Fueron dos meses de bellísimas experiencias, que pueden recorrerse y volver a ver en detalle en nuestras dos cuentas de Instagram: @elperfectovino para todo lo que es enogastronomía y @lepetithistoriador_ok para lugares, destinos, paisajes e informaciones del viaje en sí mismo.

Organizamos nuestro viaje de manera totalmente independiente. A través de las distintas Apps existentes en el éter virtual pudimos armar todo el trazado de la ruta, incluyendo los hospedajes, los distintos medios de transporte y las rutas más favorables y hasta anticiparnos en lo gastronómico, pudiendo observar las cartas y precios de distintos restaurantes y tabernas para planificando una visita cuando llegase el momento. Dentro de las Apps a tener en cuenta, creo que para hotelería son imprescindibles www.booking.com y www.airbnb.com.ar, en tanto que para moverse en Europa usamos mucho tanto www.omio.com.ar y también www.flixbus.com, la primera trenes, buses y aviones internos, mientras que la segunda es sólo buses, pero con ofertas a veces increibles. Un tema importante a tener en cuenta en cualquier viaje que uno programe es la asistencia al viajero, aspecto en el que nosotros optamos por Interassist Travel, joven y confiable empresa que siempre nos cuida cuando emprendemos una aventura (www.interassist.travel).

A grandes rasgos, la peripecia europea comenzó el mismísimo día en que Argentina se consagraba Campeón del Mundo en Qatar, con el capitán Messi levantando la copa –no de vino, sino de gloria-, agrandando su historia en el fútbol. Ese mismo día, luego de una escala en Roma, aterrizábamos en el Aeropuerto de Madrid.

En la capital española no faltaron las tapas y los descorches, descubriendo algunos lugares inolvidables, de los que próximamente les contaremos. De allí nos fuimos por ruta terrestre hasta la hermosa Lisboa, con sus bacalaos, sus vinhos verdes, sus pasteis do nata y sus oportos. Sevilla, Cádiz, Granada y Barcelona fueron las siguientes paradas del itinerario y en cada una de ellas disfrutamos de sus especialidades sobre las mesas, antes de volar sobre las aguas mediterráneas para llegar a Cagliari, en la Isla de Cerdeña, en donde emprendimos la búsqueda sus tradicionales platos de Culurgioni y Frégula y sus preciosos vinos con DOC Cannonau di Sardegna.

De Cerdeña a Roma y a todo lo que hay para disfrutar en la Ciudad Eterna y en el Estado Vaticano antes de continuar viaje hacia Florencia, Pisa, Milán, Bérgamo, Verona y Venecia. Pastas, polentas, carnes y variadas DOC de vinos nos acompañaron en el trayecto antes de llegar a Trieste y cruzar a Eslovenia para visitar Liubliana, su capital, para tras una breve estadía poner marcha hacia Budapest, en Hungría, región donde nacen estupendos Tokaji y cuna de diferentes platos típicos de Europa Central y Oriental que van mucho más allá del conocido Goulash.

Tras unos días en la capital húngara, la travesía continuó por Viena, Bratislava, Praga y Berlín. El invierno europeo se hacía sentir, pero la gastronomía y los vinos de estas regiones nos mantenían no sólo bien alimentados y bebidos, sino también amparados y protegidos de los intensos fríos.

Tras Berlín y lo que quedó de su Muro nos esperaban la seductora Amsterdam y la fantástica Brujas, en Países Bajos y Bélgica respectivamente, que nos dieron la posibilidad de probar vinos del mundo entero debido a la casi inexistente producción local en este rubro.

Algunas jornadas más tarde, París nos dio la bienvenida y se abrieron ante nosotros sus pequeños y acogedores restaurantes. Tras decirle adiós a la Torre Eiffel, la siguiente parada en tierras galas  fue en Burdeos, famoso oasis vínico que nos permitió memorables descorches. Desde aquí visitamos Pomerol, Saint Emilion y Fronsac, pudiendo conocer algunos de los Chateaus que se esparcen por la zona y la famosa Cité du Vin, el gran museo del vino inaugurado hace algunos años en la zona portuaria de Burdeos.

Donostia – San Sebastián, en el País Vasco, fue el siguiente punto en nuestra hoja de ruta. Sus vinos Txacoli, sus pintxos y sus paisajes son esencialmente inolvidables. Unos días más tarde, el avión que nos devolvería a Buenos Aires ya nos esperaba en Madrid, donde todo había comenzados poco más de dos meses atrás, cuando este viaje recién iniciaba.

A prestar atención a las próximas publicaciones en las que, con formato de distintos capítulos, iremos recorriendo nuevamente el Viejo Mundo a través de fotos, relatos, consejos y recomendaciones sobre qué vinos probar, qué platos pedir, qué restaurantes conocer, qué lugares visitar y hasta en qué hoteles dormir. ¡Pronto habrá novedades!