El título de esta reseña evoca, no por casualidad, a la famosa obra de Marcel Proust. En ella, en el primero de los siete volúmenes que la componen, el célebre autor francés plantea lo que la crítica especializada ha dado en llamar “el efecto magdalena”, que no es ni más ni menos que una asociación cerebral que realizamos automáticamente cuando percibimos una determinada sensación a través de nuestros sentidos, generalmente a través del sentido del olfato. Dejando a un lado la magdalena y tomando como referencia el vino, podemos experimentar la misma sensación, generalmente grata, pero triste y penosa cuando el aroma o el gusto ya no evocan el pasado, ni las sensaciones que esperábamos encontrar a través de ellos.

Sobre esta situación escribe Alice Feiring, quien se identifica como una defensora de los vinos naturales, aquellos que con una mínima intervención humana logran expresar de forma fidedigna el lugar de donde proviene, la tierra que los vio nacer, pudiendo de esa manera y a través de una copa, encontrar la historia, la cultura y un sinfín de elementos sensoriales que se expresan a través del vino y nos hablan de la gente y del terroir.

Portada de la edición en español de Tusquets

En defensa de esa idea, la periodista enológica que reside en Nueva York emprendió hace poco más de una década la escritura de un libro fabuloso titulado La batalla por el vino y el amor o cómo salvé al mundo de la parkerización, editado en España por Tusquets pero que puede conseguirse fácilmente en muchas librerías o sitios web de la Argentina.

En sus páginas, Feiring realiza un viaje por distintas regiones vitivinícolas del Viejo y el Nuevo Mundo, desde Loira a La Rioja, desde Champagne al Piamonte o desde California a la Borgoña. En todas ellas, lo que observa la abruma: el mundo del vino tiende a estandarizarse, a perder cada vez más las múltiples identidades y las diversas expresiones de la tierra para acomodarse, con ayuda de la tecnología y los nuevos métodos artificiales de producción, al paladar de los críticos más famosos.

La autora se anima así a enfrentarse a Robert J. Parker, el crítico de vinos más venerado de las últimas décadas y creador de un sistema de puntajes que ha decidido la fortuna o la ruina de miles de etiquetas, de cientos de bodegas y de decenas de cosechas. Según Feiring, es el ímpetu de los productores por lograr un buen puntaje lo que los ha hecho dejar de lado la historia y la tradición de su quehacer enológico, para comenzar a producir vinos cercanos al paladar de los críticos. El roble desmesurado de barricas nuevas y con un alto tostado, las levaduras artificiales, las fermentaciones aceleradas o la búsqueda del color que más agrada a las plumas del Wine Advocate o del Wine Enthusiast.

Ante este panorama, la autora se encuentra desolada ante lo que ella llama “parkerización” del vino, proceso que ha hecho desaparecer muchos de los vinos que otrora gustaban a Feiring y que ahora los encuentra sin individualidad. Así, aquellos zifandeles de Napa que tanto le gustaban años atrás son ahora casi todos iguales y los vinos italianos se han convertido en brebajes comunes perdiéndose toda tipicidad de uvas como la barbera, la nebbiolo o la sangiovese. A ese cuadro trágico, la autora suma lo inexplicable de encontrar chardonnay en Rioja o el destrato dado al cabernet franc por Parker y los suyos.

Pero en este viaje hecho libro, Feiring encuentra algo de esperanza también, sobre todo en proyectos casi marginales y a pequeña escala, pero que se abren paso y resisten desde el nicho de los vinos naturales, orgánicos y biodinámicos. “Quiero que los vinos me digan la verdad”, manifestó la autora en un reportaje publicado en La Nación hace algunos años, una frase que encierra toda una forma de percibir y valorar el mundo del vino, en la búsqueda de botellas que expresen verdaderamente una cultura, un lugar y una historia.

Además de un divertido relato de las aventuras de la autora por distintos viñedos del mundo, este libro es un llamado desesperado por un retorno a la autenticidad, la naturalidad y la sensatez en la elaboración, como también de sabores suficientemente matizados, de vinos que nos hablen de su tierra –del terroir–, de la gente que los ha elaborado; vinos que nos cuenten su propia historia y nos abran su alma.

por Diego Horacio Carnio para www.elperfectovino.com

Índice del libro
  • FICHA TÉCNICA:
  • Editorial: Tusquets Editores
  • Traducción: Herrera Ferrer, Ana
  • Colección: Los Cinco Sentidos
  • Encuadernación: Tapa blanda o Bolsillo
  • País de publicación: España
  • Idioma: Español
  • ISBN: 978-84-8383-246-2
  • Dimensiones: 210 x 140 mm.
  • Peso: 384 gramos
  • Páginas: 304
  • Fecha de publicación: 01-06-2010

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